El fútbol no es un negocio
Soy Estívaliz Monroy, promotora del fútbol femenino en América del Sur.
Muchas veces escuchamos que el fútbol femenino no vende, que no es negocio, que por eso no hay inversión y un millón de otros comentarios que, cargados de sexismo, solo hacen pensar que el fútbol existe por ser rentable.
Es necesario desmitificar esa ya mala costumbre de decir qué no vende, ya que desvía la mirada de privados a invertir en un mercado que parece generar una gran rentabilidad para aquellas marcas que han decidido asociarse al deporte femenino.
Podemos demostrar que con un poco de planificación y trabajo la gente responde a la pasión que generan las mujeres jugando fútbol, ya que existen muchos casos de éxito que contar, solo que estos siempre han venido acompañados de estrategias reales de Comunicación y Marketing (algo no muy distinto a lo que pasa en el masculino). Un claro ejemplo de esto es el record de asistencia que marcaron dos partidos del FC Barcelona Femení, en el estadio Camp Nou. Gran parte del record alcanzado en estos partidos, viene dado por una robusta campaña de Comunicaciones y Marketing, que contó desde tener espacios publicitarios en las calles de Barcelona con los rostros de las jugadoras, hasta precios diferenciados para la asistencia al partido.
Si hay algo que puedo afirmar es que a la gente que le gusta el fútbol de verdad se emociona mirando un partido de barrio, de potrero, o disfrutando la magia de estrellas jugando la final de un mundial.
No podemos dejar que se siga ensuciando el espíritu que nos mueve a todos cuando vemos al equipo de nuestros amores y se nos eriza la piel, no podemos dejar que el fútbol femenino tenga el mismo destino de transformarse solo en plata. Porque el fútbol es mucho más que sociedades anónimas y clubes, el fútbol es pasión y no distingue raza, edad, país o género, y que muchos se hayan comprado la historia de que es un negocio no es culpa de las mujeres del fútbol.